Etapa de despegue
A partir de 1980 el elenco fue convocado por la Fundación Banco Bica con su nuevo espectáculo, para llevarlo al interior de las provincias de Santa Fe y Entre Ríos. Así pudo equiparse con un nuevo teatro, sonido y luces y conformó dos elencos alternativos para el espectáculo denominado Éstas son nuestras manos que, además de la pantomima homónima de O. Caamaño y M. C. Pepe, involucraba una adaptación de El tiesto de mejorana, cuento tradicional italiano y El ladrón de margaritas, de Marta Jiménez Pastor. El Retablo de las Maravillas se presentó también en la Sala Marechal del Teatro Municipal 1º de Mayo, de Santa Fe y visitó escuelas, clubes y centros culturales de otras localidades.
El ladrón de Margaritas de Marta Giménez Pastor, en un montaje de la década de los ochenta
A pesar del clima de represión cultural que se vivía, el movimiento titiritero santafesino mostraba un fuerte desarrollo, del cual comenzó a participar el elenco y con la colaboración de algunos de sus miembros integrados cooperativamente al mismo, pudo concretarse un histórico congreso de la UNIMA Argentina en Esperanza en el cual la entidad resurgió después de un período de inactividad y desplegó un impulso que duró más de dos décadas, en las que los miembros de El Retablo de las Maravillas estuvieron siempre apuntalando su desarrollo.
Pasaje del espectáculo El Ensayo General La siguiente puesta fue El Ensayo General (1983), obra musical de Oscar Caamaño, con dirección de Raúl Galoppe. Con ella hizo temporada en el Teatro Municipal 1º de Mayo, viajó a otras provincias y, finalmente, obtuvo el premio Fila 9 (Radio LT 9) al mejor espectáculo infantil de la temporada,
Le siguieron El Mago y el Payaso (1985), de Cándido Moneo Sanz y Por una flor (1985), de Luis Alberto Sánchez Vera, bajo la dirección de Oscar Caamaño. En 1986, con motivo del cincuentenario de la muerte de García Lorca, El Retablo de las Maravillas montó Amor de Don Perlimplín con Belisa en su jardín (1986), como parte de un espectáculo para adultos que incluía textos en prosa y verso del poeta y dramaturgo español, espectáculo que se denominó Cosas de Lorca, con música original de Edgardo Blumberg.
De izquierda a derecha, Roberto Ochoa, Oscar Caamaño, Raúl Venturini, Adriana Falchini, María Cristina Pepe y Edgardo Blumberg.
El montaje, seleccionado por la Zona Litoral de UNIMA Argentina la representó en el Encuentro Nacional de Titiriteros, de ese año, en la ciudad de Salta.
Después vinieron El caballero de la Mano de Fuego (1988) y La calle de los fantasmas (1988), de Javier Villafañe y Al tranquito va el Juan (1989), creación grupal sobre textos de Villafañe y cuentos populares. Estas obras eran presentadas en la Sala municipal Maese Trotamundos y en escuelas, y otros escenarios de la ciudad y localidades vecinas. Con un nuevo montaje: Juancito preguntón, se volvieron a presentar en escenarios locales y en el Encuentro Nacional de UNIMA (Alta Gracia,1990).